Febrero es catalogado como el mes del amor, ese extraño sentimiento que ha sido objeto de estudio en repetidas ocasiones a lo largo de la historia de la ciencia. Sin embargo, hoy más que nunca las nuevas tecnologías y poderosos algoritmos computarizados permiten hacer lo que antes sólo formaba parte de la ficción: conocer cómo se procesa la información romántica en el cerebro de los hombres y las mujeres en tiempo real.
El laboratorio de psicología biológica de Neuromarketing, empresa mexicana dedicada a la aplicación práctica de hallazgos neurocognitivos, acaba de publicar los resultados de un estudio comparativo acerca de la actividad cerebral de un grupo de voluntarios que fueron expuestos a la misma experiencia romántica (escenas de la película Diarios de una Pasión), mientras su actividad cerebral y fisiológica era registrada mediante los avanzados sistemas y tecnología con la que Neuromarketing trabaja.
Los resultados son sorprendentes, ya que hay diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres durante la percepción del estímulo romántico, pero no así en su manera de procesar la información a largo plazo.
Esto significa que la principal diferencia en una experiencia romántica entre hombres y mujeres radica en cómo viven el evento, pero no en las explicaciones racionales que se dan en retrospectiva del mismo.
Gracias a este estudio se puede explicar por qué hombres y mujeres pueden hablar de “lo que pasó” con mayor facilidad, cuando durante el evento romántico suelen haber malentendidos e incluso discusiones entre ellos y ellas.
Para llegar a estas conclusiones, se analizaron 16 regiones cerebrales, logrando obtener un mapa de cómo fluye la información romántica en la mente del ser humano.
En el caso de las mujeres, destaca el pensamiento metafórico y la visualización asociativa en contraste con la excitación somatosensorial y pensamiento correlativo de los hombres. En palabras más simples, durante un proceso romántico las mujeres imaginan más de lo que ocurre en realidad, atribuyéndole múltiples significados a eventos simples. Por el otro lado, los hombres sienten el romance con el cuerpo, de forma concreta y tangible, con sensaciones tales como escalofríos, nerviosismo y tensión.
Sin embargo, el máximo hallazgo bioestadísitco fue que ambos privilegian el contenido verbal por sobre el resto de los componentes de la experiencia romántica. Es decir, si bien la información se procesa de forma diferente en cada uno, las palabras y la forma en que son dichas son el eje rector de cómo vivirán la experiencia romántica los hombres y las mujeres. Esto podría explicar el fuerte poder seductor de la correspondencia escrita, los sistemas de mensajería instantánea, o el infalible correo, el cual ha estado presente en el concepto del romance desde la invención del término.
Pero ¿Qué hay sobre la respuesta emocional? Los resultados vuelven a ser sorprendentes, ya que tanto hombres como mujeres se emocionan con la misma intensidad en un evento romántico. La diferencia radica en la duración de dicha emoción. Mientras los hombres reportaron 6 picos emocionales en un proceso romántico de 5 minutos, las mujeres reportaron un total de 14 picos emocionales en el mismo período de tiempo. Un pico emocional es una reacción fisiológica caracterizada por incremento en el ritmo cardíaco, dilatación de las pupilas y sudoración.
Gracias a este estudio se puede concluir que las mujeres viven el amor de una manera más metafórica y que incluso pueden llegar a enamorarse de algo que aún no han conocido, teniendo un lapso de “enamoramiento” más largo; mientras tanto los hombres necesitan poder experimentar o vivir una situación romántica para poder enamorarse. Y para ambos sexos, las palabras son lo más importante para poder vivir un romance.