El Tribunal Popular de Shunyi (distrito del norte de la capital) desestimó la petición, al señalar que este tipo de bienes virtuales sólo pueden regularse por la ley si tienen «relación con el mundo real», como por ejemplo, si para obtenerlos hubiera habido que pagar dinero de verdad.
La pareja se conoció en 2008, cuando participaban juntos en un juego «online», y se casaron meses después, pero la convivencia entre ambos se deterioró, según el diario, porque ambos se acusaban de ser perezosos a la hora de acometer las tareas domésticas.
La cuestión de los objetos virtuales ya ha llegado a los tribunales chinos en más de una ocasión, ya que se han producido hasta denuncias por robo de este tipo de «bienes».
Además, el éxito de algunas formas de dinero virtual de webs chinas ha llevado al Gobierno chino a intervenir para evitar que éstas hicieran una peligrosa competencia al yuan, la moneda nacional del gigante asiático.