La especialidad de la casa son penes y testículos de cerdo, caballo, buey, burro, cordero y algunos otros más especiales como la víbora, la foca o el tigre debido a sus «poderes»: el éxito del Guo Li Zhuang es frecuentado por empresarios importantes y funcionarios de gobierno que son capaces de pagar hasta más de mil dolares por tal manjar.
Los favoritos de los clientes son el de venado, que se acompaña de una salsa deliciosa, con un precio aproximado de 150 dólares, el de yak cuyo precio ronda los 220 dólares o el de perro, el más barato, que se queda en los 50. El más caro, es el pene de tigre, que hay que solicitarlo con bastante antelación, y que su precio está fijado en los 1.500 dólares.
«La textura y el sabor son muy buenos. Además, son muy beneficiosos para la salud», dice Xiao, dueño del local, que usa el pene de los animales para cocinar desde que tenía 13 años. Según Li Yanzhi, gerente de la filial de Chaoyang, la gran mayoría de clientes son hombres y muchos de ellos acuden a comer para mejorar la potencia sexual.
Queda claro que el restaurante no es muy común que digamos, aspecto que se refrenda con el funcionamiento del servicio. Los camareros explican las propiedades de cada plato a los invitados. Las mujeres no deben comer testículos – pues las hormonas podrían darles una voz muy profunda- sin embargo los penes son inofensivos. A los menores de 15 años no se les permite comer en estos restaurantes porque se cree que pueden interferir en el crecimiento de los jóvenes.
El servicio se sabe de memoria cada platillo y su explicación. Los nombres son muy sofisticados como «El despertar del fénix», «Dragón en la llama del deseo», «Esencia del Buddha de oro» o «En busca del tesoro de la arena desértica» pero todos, al final son penes.Antes de pagar, los dueños del restaurante recuerdan: nadie debe ni puede enterarse de lo que se come en Guo Li Zhuang. Los acuerdos de confidencialidad obligan a mantener en secreto uno de los placeres…por descubrir en China.