China, un país donde durante milenios los más mayores en las familias eran venerados por tradiciones religiosas, prepara una reforma legal que podría castigar a los hijos adultos que no visiten a sus padres ancianos.
La introducción de este delito se estudiará en la reforma de la Ley de Protección de los Derechos e Intereses de los Ancianos, creada en 1996, señalaron fuentes del Ministerio de Asuntos Civiles, uno de los encargados en redactar la propuesta de enmienda.
La reforma de la ley, de aprobarse, señala en uno de sus epígrafes que «los familiares no han de ignorar o aislar a los mayores, y deben visitarlos frecuentemente si no viven bajo el mismo techo», ofreciendo la posibilidad de llevar casos ante los tribunales si no se respeta esta obligación.
El cambio legal es importante en un país donde, debido a la política del hijo único, el porcentaje de personas de la tercera edad es cada vez mayor, un envejecimiento demográfico que amenaza con causar problemas económicos al gigante asiático.
Según cifras de 2009, en China hay 167 millones de personas mayores de 60 años, muchas de ellas viviendo solas, en un país donde los asilos para ancianos son escasos.
En China, donde el sistema de seguridad social cubre a sólo una pequeña parte de la población y no hay una red de asistencia social, la reforma de la ley podría intentar cubrir estas carencias, según «China Daily».
No obstante, señala el rotativo, también simbolizará un esfuerzo para restaurar los valores familiares en la sociedad china, que ha pasado de una tradicional veneración de los más mayores, por la herencia del confucionismo, al olvido a muchos de ellos, debido a una sociedad más individualista y materialista.