Nigeria es un país con gran presencia musulmana, por lo que la poligamia está a la orden del día. Y pese a infringir la Sharia (la ley islámica) que marca en cuatro el tope de mujeres por marido, muchos nigerianos suben de cifra inconscientes de sus posibilidades como persona, hasta llegar a casos extremos como el de un anciano que llegó a acumular 86 doñas.
Sólo seis tenía un hombre llamado Uroko Onoja, que supuestamente fue llevado a la muerte por su media docena de esposas “violado” en medio de un ataque de celos comunitario, en las primeras horas del martes pasado.
Muchas mujeres africanas consienten e incluso animan a sus maridos a que consigan una segunda esposa para no sentirse solas. Sin embargo, la decisión no está exenta de problemas por culpa de los celos cuando el número de pretendientes se dispara.
El de Uroko Onoja comenzó por la mañana, exactamente a las 3 de la madrugada, cuando el hombre regresó de un viaje y se dirigió a la habitación de su esposa más joven para practicar la caidita de Abuya.
En ese momento las otras esposas, de acuerdo con la chica más joven, invadieron su habitación con cuchillos y palos, exigiendo al hombre que tuviera relaciones sexuales con todas ellas a la vez. Uroko se resistió, pero fue dominado por las mujeres que ya habían ordenado el comienzo del carrusel de coitos con la más joven, para seguir en orden ascendente hasta la más vieja.
El bueno de Uroko dejó de respirar cuando la quinta esposa se dirigía a la cama. “De repente, mi marido dejó de respirar y acudieron todas sin dejar de reír; pero cuando vieron que no podían reanimarlo, salieron corrieron hacia el bosque”.
Por el momento sólo dos de las mujeres han sido detenidas, mientras Uroko espera sitio en la cola de las autopsias con sólo media sonrisa en la boca.