Una mujer británica de 52 años afirma que su gato le salvó la vida al detectarle un cáncer de mama antes de tener un diagnóstico médico.
Wendy Humphreys decidió ir al médico después de que Fidge, su gato de diez meses, saltara cada noche sobre ella y se posara en su pecho derecho mientras se encontraba acostada en el sofá.
Un médico le diagnosticó un tumor pequeño en su seno derecho, y que podría haberla matado si no se hubiera tratado. La mujer cuenta asombrada que no creía que los felinos fueran capaces de hacer algo así. “Pensaba que solo los perros lo hacían, había escuchado que los canes eran capaces de diagnosticar epilepsia y predecir un ataque”, dijo Humphreys.
Se cree que el cáncer produce sustancias químicas volátiles que los perros pueden ser entrenados para oler, lo que podría suponer una revolución en el diagnóstico precoz de la enfermedad. Wendy está convencido de Fidge tiene un talento similar. La señora Humphreys ha recibido quimioterapia durante unos meses y a finales de este mes se someterá a una mastectomía.
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