El pequeño Paul Franklin, de apenas 4 años de edad, no se lo podía creer cuando vio salir de dentro de su rodilla tenía caracol.
Ahora, Paul y ‘Turbo’, que así se llama el animalito, se han vuelto inseparables (bueno, antes lo eran más).
Todo ocurrió en California, según informa la web de la cadena norteamericana ABC, cuando el niño se cayó en la playa y se raspó su rodilla contra una piedra.
El suceso no tuvo una relevancia importante, se le hicieron las curas mínimas a la pequeña herida y ya está.
Sin embargo, con el paso de los días, la rodilla del niño se hinchó y se infectó cada vez más por lo que acudieron al médico, que les recetó unos antibióticos.
Pero éstos no hicieron efecto: la rodilla seguía hinchada y lo que es peor, con un bulto negro dentro que no sabían muy bien lo que podía ser, por lo que decidieron drenar ellos mismos la herida.
Al hacerlo, salió el minúsculo huésped: un caracol marino que colocaron en agua y sobrevivió, y que ahora se ha convertido en la mascota de la familia.
Parece que cuando Paul se cayó, se le pudo meter dentro de la herida un huevo de esta especie y éste pudo desarrollarse dentro de la rodilla.