Un estudio presentado por dos investigadores de Nueva Jersey revela que, aunque los ejercicios mentales aumentan la actividad cerebral, estos solo se dan en regiones relativamente localizadas.
En cambio, el orgasmo activa el conjunto del cerebro. La causa es que durante el clímax sexual aumenta el flujo de sangre que riega el cerebro.
Según el estudio, con este incremento del flujo, se acrecientan los nutrientes y la oxigenación en la zona cerebral.
Desde 1982, el profesor Barry Komisaruk ha sido pionero en los estudios de placer centrados en la mujer. A sus 72 años, aparenta menos edad de la que tiene. En declaraciones recogidas por The Times, alega: «Supongo que son los orgasmos los que me mantienen joven».
Ahora se encuentra investigando si el clímax sexual puede evitar la senilidad. Uno de sus hallazgos es que la intensa sensación orgásmica bloquea el dolor y está estudiando cómo podría aplicarse en momentos como el parto.