Catherine Kieu Becker puede pasar el resto de su vida en prisión. Su arrebato, como ella lo definió durante el juicio, su acto impulsivo de cortarle el pene a su marido y tirarlo en un triturador de basura -«porque se lo merecía», según sus propias palabras-, le ha costado la cadena perpetua.
No obstante, la sentencia, de la que se hace eco la BBC, contempla que esta mujer de Garden Grove
(California) puede solicitar la libertad condicional después de siete años.
A sus 50 años, Kieu, apodada la nueva Lorena Bobbitt, se estaba divorciando de su esposo cuando ocurrieron los hechos, hace dos años. Tras discutir, al parecer por una cuestión de celos, la mujer drogó a su marido durante la cena y cuando estaba dormido, en la cama, le cortó el miembro viril con un cuchillo. Luego tiró el pene a la basura y llamó a urgencias para que atendieran la hemorragia de la víctima.
El ex marido, de 60 años, declaró durante el juicio lo que ha supuesto este episodio: «Me quitó una parte de mi vida y de mi identidad sexual. Fue una violación cruel y calculada del cuerpo y la mente de una persona. Ahora lucho por salir adelante», afirmó.
Durante el juicio, el abogado de Kieu alegó que sufría problemas de salud mental.
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