Una escocesa de 44 años que padecía unos intensos e imprevisibles orgasmos en momentos y lugares inadecuados descubrió que sus arrebatos de placer eran provocados por una malformación arterial en el cerebro.
La última vez que sufrió el problema la mujer iba conduciendo un automóvil acompañada de su hermana. De repente fue invadida por una sensación de placer tan fuerte que hubo de detener el coche a un lado de la carretera. Allí perdió el sentido durante dos minutos, según explica en la revista «The Lancet» el neurólogo que la examinó. Los médicos le sometieron a varias pruebas que revelaron la existencia de una malformación arterial en el cerebro, que podía provocarle una hemorragia y que fue la causante de sus orgasmos incontrolados. Tras ser operada los trastornos desaparecieron.